Archivos de historia del movimiento obrero y la izquierda, nº 25
septiembre 2024 - febrero 2025
ISSN 2313-9749
Centro de Estudios Históricos de los Trabajadores y las Izquierdas

Jacinto Cerdá, Negras tormentas. La FORA anarquista en la ciudad de Buenos Aires (1930-1943), Buenos Aires, Grupo Editor Universitario, 2023, 133 pgs.


Gisela Manzoni

Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Género - Universidad Nacional de La Plata
La Plata, Argentina
ORCID: 0009-0006-6208-6059
giyitan@yahoo.com.ar
DOI: https://doi.org/10.46688/ahmoi.n25.474

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La existencia y actividad de la Federación Obrera Regional Argentina (FORA) atraviesa la historia de la clase trabajadora en Argentina y en la región. Fundada en 1901 y tras resistir embates de todo tipo, sigue siendo un espacio de referencia del anarquismo y del sindicalismo independiente. Esta organización, sus alianzas y sus rupturas han sido objeto de numerosos trabajos, que aun siendo muchos no logran dar cuenta de su larga y compleja historia. La mayoría de ellos son vistas panorámicas, en la escala nacional y concentradas en las primeras tres décadas del siglo XX. El libro es parte de la colección “Pasado y presente de la clase obrera en Argentina” dirigida por Nicolás lñigo Carrera, que cuenta con otros interesantes títulos y que fue puesta en circulación por el Grupo Editor Universitario, una editorial que generosamente abre sus puertas a nuevxs autorxs.

El trabajo de Jacinto Cerdá avanza sobre algunos de los espacios que la mirada antes descripta deja al descubierto. Negras tormentas se centra en la FORA con una escala acotada a la ciudad de Buenos Aires y contempla una temporalidad por fuera de la considerada clásica, aquellas que el historiador Juan Suriano marcó primero hasta 1910 y, luego, hasta 1930. Si bien desde hace más de dos décadas un conjunto de historiadorxs y activistas han instalado y demostrado que los anarquismos siguieron en acción luego de esa fecha, el peso de los trabajos para los distintos períodos sigue siendo muy desigual, con fuerte predominio en el inicio del siglo. Algunxs de lxs autores que han corrido esta marca temporal son Nicolás Iñigo Carrera, Fernando López Trujillo, Javier Banyo, Agustín Nieto, Eugenia Bordagaray, Luciana Anapios, Nadia Ledesma Prietto, Maria Miguelañez Martínez, Diego Ceruso, José Benclowicz; y más recientemente Luciano Oneto y Débora López vienen mostrando la participación del anarquismo en la resistencia a la última dictadura cívico militar.

El libro se divide en cuatro capítulos y además de los aportes específicos a su tema de investigación nos ofrece un estado de la cuestión actualizado y una excelente síntesis bibliográfica sobre el anarquismo en general y sobre la FORA y el período bajo estudio en particular. El primer capítulo nos introduce en el objeto de estudio y se titula “La FORA. Principios ideológicos, formas de organización y presencia sindical”. En él se sintetizan parte de la historia de esta organización, algunos de los debates que la moldearon y su forma de organización interna. El capítulo además cuenta con una serie de tablas construidas por el autor en base a balances, informes y diversos periódicos anarquistas, entre los que destaca La Protesta, donde puede apreciarse las sociedades de resistencia existentes en el período, el número de afiliadxs y hasta las locaciones donde funcionaron. La relación entre La Protesta y la FORA es otro tema por el que circunda el libro de manera transversal. El escenario que se construye en este primer capítulo nos sirve para comprender lo acontecido a partir de 1930, cuando las condiciones existentes hasta el momento se ven fuertemente modificadas por la crisis económica que afectó a las economías capitalistas a nivel mundial, el primero de múltiples golpes de Estado que marcó el siglo XX en Argentina y por la aparición de un nuevo agente en la relación trabajadorxs, capital y Estado, la Confederación General del Trabajo.

El segundo capítulo, “«La lucha contra los elementos anárquicos». La represión de los años treinta”, se enfoca en el despliegue del aparato represivo, prestando especial atención a cómo este impactó sobre lxs militantes anarquistas en general y sobre la FORA en particular. Los datos aportados por el autor evidencia cómo el anarquismo fue especialmente reprimido sin caer en la clásica tesis que explica el ocaso del anarquismo con este factor. La multiplicidad de formas represivas ejecutadas a partir del golpe militar evidencia continuidades y también rupturas con los mecanismos represivos utilizados hasta el momento. En este sentido, el trabajo de Cerdá contribuye a mostrar cómo el golpe de 1930 inauguró formas de la violencia que terminaron por enquistarse en la política nacional y trascendieron los períodos dictatoriales.

El siguiente capítulo se enfoca en las resistencias y las maneras en que la FORA y el anarquismo en general enfrentaron el aparato represivo estatal que, como mencionamos, excedió el período dictatorial (1930-1932). Se trataba de un ambiente signado por el florecimiento de organizaciones nacionalistas que bajo la mirada benevolente del Estado se ocuparon de buena parte del control social. Es interesante el entramado que se teje entre este tercer capítulo y el anterior, ya que si uno muestra las innovaciones represivas, el siguiente evidencia cómo, desde la oposición, también se vislumbraron y tejieron distintas formas de resistencia. Entre ellas se destacan las alianzas entre sectores políticos, como los forjados en torno al antifascismo y la colaboración con la revolución y la guerra en España (1936-1939). Alianzas que –como en muchas en otras oportunidades en la historia del anarquismo– fueron efímeras y dieron lugar a rupturas irreconciliables. En este sentido, el libro también es un aporte a problematizar el antifascismo, un tema que –sin ser nuevo– despierta gran interés al calor de los tiempos que corren (y que para Argentina cuenta con antecedentes de referencia como los de Eleonora Ardanaz, Andrés Bisso, Eugenia Bordagaray, Hernán Camarero, Sandra McGee Deutsch, Jorge Nállim, Ricardo Passolini y Adriana Valobra, entre otrxs autorxs). La perspectiva de este libro se valora en ese contexto de producción mayoritaria, aunque no exclusivamente, centrado en los grupos vinculados al Partido Comunista y, en menor medida, sectores del radicalismo y el socialismo, desdibujándose el accionar ácrata en ese contexto.

Finalmente, en el cuarto capítulo, “El desarrollo sindical de los anarquistas ante la regulación estatal”, el historiador mira otra dimensión de la relación entre los gremios foristas de la ciudad de Buenos Aires y el Estado a partir del creciente protagonismo del Departamento Nacional de Trabajo (DNT). El autor afirma que en un marco donde todos los sectores gremiales buscaron ciertos acercamientos con el Estado, el forismo mantuvo su independencia no solo por su antiestatismo doctrinal sino también por su convicción de que el Estado no debía intervenir en la relación entre trabajadorxs y capital. El capítulo concluye con un análisis de caso enfocado en la industria del calzado y la intervención del DNT en los conflictos que la tuvieron como protagonista, especialmente el vinculado a la Federación Obrera del Calzado, adherida a la FORA.

El libro repone una importante cantidad de información que nos permite revisar diferentes temas del período 1930-1943, aunque el foco está puesto en los primeros años de este recorte. Su mirada, como mencionamos en el inicio del texto, es renovadora en tanto que los anarquismos no suelen ser pensados como protagonista de este período. Por otra parte, el texto recoge y juega con las tradicionales explicaciones sobre el ocaso del anarquismo –las represivas y las vinculadas con su supuesto arcaismo político–, para problematizarlas y mostrar no solo la existencia de los anarquismos sino también parte de las maneras en que diversificó. Ejemplo de ello y temas por los que también transita el libro son la formación de la Federación Anarco Comunista Argentina y la menos conocida Alianza Obrera Campesina Spartacus.

Por otra parte, y aunque hace un esfuerzo por intentar rescatar a las mujeres que emergen de las fuentes utilizadas, deja pendiente introducir una mirada que contemple la construcción de los géneros y las relaciones de poder generizadas que atraviesan todas las temáticas por las que circula el libro y que permitirían abrir aún más las interpretaciones existentes sobre el tema y el período.

Finalmente destacar que es un trabajo ameno y cuidado. El título del libro, Negras tormentas, recupera la frase con la que inicia una de las canciones icónicas del anarquismo durante la década de 1930, “¡A las barricadas!”, y cada uno de los cuatro capítulos inicia con alguno de sus versos como epígrafe en un juego con lo más simbólico del imaginario anarquista.