Archivos de historia del movimiento obrero y la izquierda, nº 23
noviembre 2023 - febrero 2024
ISSN 2313-9749
Centro de Estudios Históricos de los Trabajadores y las Izquierdas

Andrea Andújar, Laura Caruso y Silvana Palermo (comps.), Género, trabajo y política. Experiencia, sociabilidad y protesta en la Argentina del siglo XX, Buenos Aires, Imago Mundi, 2022, 246 pgs.


Juan Manuel Soria

Departamento de Humanidades, Universidad Nacional del Sur,
Bahía Blanca, Argentina
juanm.soria93@gmail.com
ORCID: 0009-0003-5810-3475
DOI: 10.46688/ahmoi.n23.431

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La literatura que busca entablar un diálogo entre la historia social del trabajo y los estudios de género posee un vasto recorrido en la historiografía argentina. A partir de la vuelta de la democracia, esta convergencia ha enriquecido significativamente la comprensión de la experiencia histórica de la clase trabajadora argentina en un sentido amplio. Categorías universales como “trabajador”, “clase” o “trabajo” fueron interrogadas a partir de nuevas preguntas, desafiando suposiciones y nociones arraigadas en una historiografía social del trabajo “clásica” que se negaba a tomar el género en serio. El desarrollo historiográfico que se dio a partir del cruce de estas claves de análisis ha permitido “descentralizar” y “dislocar” la historia obrera. Décadas de investigaciones han arrojado valiosas contribuciones y debates en torno a la experiencia de la clase obrera en el siglo XX argentino. Estos trabajos han explorado la construcción de prácticas, identidades y culturas de clase, han indagado sobre el carácter sexuado de la misma y apuntado a la puesta en diálogo y tensión de las esferas doméstica y privada. Los puentes tendidos entre los estudios de género y la historia social del trabajo produjeron un efecto de desplazamiento que permitió complejizar los estudios y análisis “clásicos” sobre las reivindicaciones, organizaciones y protestas obreras. Estas fueron examinadas a partir de su relación con los hogares proletarios, el tiempo libre y los espacios de sociabilidad, haciendo hincapié en la construcción de comunidades obreras en tanto escenario de la cotidianidad proletaria. Asimismo, han indagado en torno a las representaciones de género de los varones y mujeres que las articulaban o las afectividades o las emociones que formaron parte de la experiencia de la clase obrera, entre otros temas.

En este contexto de debates e investigaciones se inscribe Género, trabajo y política. Experiencia, sociabilidad y protesta en la Argentina del siglo XX, obra compilada por Andrea Andújar, Laura Caruso y Silvana Palermo. Este libro convida un estudio profundo de la experiencia de clase y género, analizando las múltiples aristas de comunidades obreras a lo largo y ancho del país y tensionando nociones e imaginarios construidos en torno al mundo del trabajo. El libro ofrece pesquisas en torno a la clase, el género y el trabajo, así como a las tramas comunitarias donde se sitúan las protestas, el ocio y los afectos proletarios. El primer apartado del mismo se titula “Masculinidades y trabajo: oficios viriles, profesiones respetables y paternidades obreras”, y presenta un compendio de trabajos donde Laura Caruso, Débora Garazi, Erica Cubilla y Silvana Palermo invitan a repensar los ejes del título a partir de labores, temporalidades y geografías diversas. Las comunidades portuarias a principios de siglo XX, el sector hotelero marplatense entre la década de 1950 y 1980, el rubro comercial de Villa Devoto durante la década de 1930 y las paternidades ferroviarias en los albores del siglo XX son el objeto de análisis de este apartado. Partiendo del trabajo con órganos de prensa, entrevistas orales y fotografías, entre otras fuentes, las autoras pintan un cuadro amplio de las diversas masculinidades obreras y problematizan las jerarquías laborales y de género.

Por otro lado, “Lucha y diversión: tramas de la protesta obrera” nos introduce en distintas comunidades de clase. Aquí Rosario Corsi, Débora Saso, Andrea Andújar, Gabriel Carrizo y Agustín Nieto proponen un recorrido espacio-temporal desde las huelgas ferroviarias en Victoria y en Confecciones Patagónicas en Trelew durante la década de 1990 hasta la Comodoro Rivadavia petrolera en el período de entreguerras, para finalmente ingresar en las comunidades portuarias de Bahía Blanca, Rosario y Buenos Aires durante los primeros 50 años del siglo XX. Estas investigaciones revisan los trabajos, vínculos afectivos y expresiones culturales para iluminar la experiencia de clase y género a partir del trabajo con fuentes diversas. Entre ellas, podemos mencionar los censos, programas de cines, testimonios orales y publicaciones político-partidarias. En el conjunto que construyen los distintos capítulos nos ofrecen un profundo acercamiento a la experiencia de la clase obrera argentina del siglo XX. En sus páginas vemos a trabajadores y trabajadoras en sus espacios laborales y de ocio o construyendo comunidades con sus vecinos y vecinas. Pero también en disputas por amoríos que terminan en episodios de violencia, en conflicto con sus patrones, yendo al cine u organizando una olla popular para sostener una huelga.

Si bien el libro presenta trabajos diversos en relación a sus temáticas, ejes espacio-temporales y el trabajo documental, deja abiertas una serie de cuestiones para seguir potenciando el diálogo entre la historia social del trabajo y los estudios de género. Las claves analíticas que presentan los textos se muestran potentes para iluminar no sólo la experiencia de clase y género en espacios y períodos históricos trabajados en menor nivel por la historiografía clásica respecto del tema, sino también para repensar y profundizar en los períodos “clásicos” abordados por la historiografía. De esta forma, podemos aventurar nuevas claves interpretativas para el período de conflictividad abierto entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, el peronismo y la Resistencia, los procesos de movilización y protesta social durante la década de 1960 y 1970 en el Cordobazo, el Rosariazo y el Villazo o el impacto en los roles de género y las comunidades obreras a partir del proceso de privatizaciones de finales de siglo XX. Asimismo, el libro ofrece ejes rectores para seguir pensando las masculinidades en torno a espacios laborales que excedan los rubros “clásicos”, tales como el trabajo ferroviario y portuario. Finalmente, es posible afirmar que plantea interrogantes para seguir analizando las relaciones entre el mundo del trabajo y el tiempo de ocio: los puentes establecidos entre trabajadorxs, el mundo del deporte, los clubes y competiciones, así como el diálogo entre la cultura y la clase en geografías diversas son instancias de la experiencia obrera que devienen fundamentales para ampliar nuestro conocimiento sobre la misma.

La obra resulta un importante esfuerzo colectivo para seguir construyendo una renovada historiografía del mundo del trabajo y la experiencia obrera que tenga en cuenta los espacios laborales, pero que insista en abrir sus puertas para acercarse a los clubes, sociedades de fomento, cines o teatros y reconecte esos lugares de la experiencia. En definitiva, una historiografía que siga apostando a la tarea de construir una historia de la clase obrera que tome cuerpo a partir de personas reales en contextos reales.