Milcíades Peña, Debates sobre la burguesía argentina, la liberación nacional y el peronismo, Buenos Aires, Ediciones IPS, 2023, 454 pgs.
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Este es un libro que invita a volver sobre la obra de uno de los historiadores trotskistas más reconocidos en la historiografía argentina, a partir de la compilación de los artículos que integran Industrialización y clases sociales e Industria, burguesía industrial y liberación nacional. Los mismos fueron publicados originalmente en la revista Fichas de Investigación Económica y Social, proyecto que Peña impulsó junto a un grupo de colaboradores entre 1964 y 1966.
Esta edición se suma a la colección de Historia Argentina de Ediciones IPS, que ya cuenta con cuatro libros, de los cuales tres son producciones originales. En este caso, la presente compilación tiene un estudio preliminar realizado por Alicia Rojo y Gabriel Piro, en el que sintetizan tanto la experiencia formativa de Peña y su trayectoria militante como las discusiones centrales que tenían lugar en el campo intelectual y político en el que se ubican estas obras. A su vez, repasa los principales postulados de sus interlocutores, con los que polemizó en estos textos, haciendo accesible la lectura del libro para un público más amplio que el del mundo académico.
Al mismo tiempo, el estudio preliminar no presenta una visión acrítica o que pretenda ser canónica sobre la vida y obra de Peña. También destaca el carácter militante del historiador que en su tono polémico no pierde de vista la rigurosidad del método científico con el que fundamenta todos sus postulados e investigaciones. Aspectos que sin dudas marcaron el legado del autor y el nivel de las discusiones que entabló con las principales corrientes historiográficas argentinas.
Peña nació en la ciudad de La Plata en el año 1933, pronto inició su vida militante con tan solo 14 años, y allí comenzó los primeros pasos de su formación tanto en el marxismo clásico como después en el trotskismo, que será la corriente en la que militó gran parte de su corta vida. En 1947 ingresa al Grupo Obrero Marxista (GOM) y luego en 1948 al Partido Obrero Revolucionario (POR), ambos grupos liderados por Nahuel Moreno, con quien el historiador entablará una fuerte relación teórica y política.
Esta experiencia en el trotskismo lo llevó a leer los postulados que León Trotsky desarrolla en su Teoría de la Revolución Permanente publicada en 1930, que Peña retomó para pensar las características de los países dependientes o semicoloniales como la Argentina, y cuáles son las tareas de los revolucionarios en los mismos. En ese sentido, utilizó el concepto de desarrollo desigual y combinado para comprender la estructura económica del país y sus elementos tanto de atraso como de desarrollo, que se encuentran íntimamente ligados a la extranjerización y concentración de la economía. Para eso, esbozó una radiografía de la clase dominante local, su formación y sus vínculos con el imperialismo. Y analizó el papel tanto de la oligarquía terrateniente como de la burguesía industrial argentina a lo largo de la historia.
Peña dedicó sus esfuerzos a combatir tanto en el terreno teórico como político al Partido Comunista argentino y sus postulados acerca de las características del país, abordando debates centrales sobre la estrategia de los revolucionarios en el terreno tanto local como internacional. Pero no se quedó solo ahí, también discutió contra las principales corrientes historiográficas de su época, como la escuela liberal mitrista y la corriente revisionista. Con estos últimos tuvo un constante diálogo, del cual probablemente hayan salido sus polémicas más memorables.
El historiador trotskista no solamente tuvo una pluma filosa, sino que contrastó todas sus afirmaciones con una serie de innumerables fuentes, estadísticas, censos y distintos tipos de documentos que evidencian la seriedad de su trabajo. Su método eran los datos, no las opiniones.
En los textos que compila esta edición, nos encontramos con los principales debates que tuvo con Jorge Abelardo Ramos, intelectual de pasado marxista que devino en la autodenominada “izquierda nacional”, que apoyó al peronismo. El nudo de este debate gira alrededor de cuáles son las tareas democráticas que todavía se encuentran pendientes y traban el desarrollo económico y político de la Argentina, qué lugar ocupa allí la llamada burguesía nacional y qué tipo de alianzas o divisiones de clase deben establecerse para superar esas trabas.
El historiador trotskista centró parte de sus investigaciones en demostrar cómo la burguesía local se encuentra fuertemente entrelazada con los capitales extranjeros y por ende también con sus intereses para la región. Planteó que la burguesía argentina está totalmente condicionada e imposibilitada de llevar adelante la liberación nacional por sus ataduras con el imperialismo. Por consiguiente, Peña le retrucó a Ramos que esta burguesía criolla con olor a bosta no puede ser aliada de la clase trabajadora y el pueblo argentino en esta pelea por la liberación nacional. De esta forma, atacó las bases de la política de conciliación de clases que sostenía Abelardo Ramos, y que hoy en día sigue siendo fundamental para el peronismo.
Los tópicos que atraviesan este debate siguen teniendo mucha vigencia en la actualidad. El impacto de Peña en la historiografía local continúa siendo significativo tanto por su óptica como por su método para analizar la realidad. Sus aportes fueron retomados incluso por textos clásicos, que vuelven sobre sus investigaciones acerca de la formación de la clase dominante argentina y su relación con los principales partidos políticos locales, como hicieron en 1971 Murmis y Portantiero en Estudios sobre los orígenes del peronismo, que ubica a Peña en el mapa de los principales historiadores que analizaron el surgimiento de un fenómeno tan importante como el peronismo. Este también es el caso del historiador británico David Rock, quien retoma a Peña en su libro sobre El radicalismo argentino, 1890-1930, publicado en 1977.
Producto de la rigurosidad de su trabajo, Peña llegó a destacarse no solo en el terreno de las investigaciones militantes, sino que también fue ampliamente retomado y reconocido por una historiografía de corte más académico. En ese sentido, el libro recientemente publicado por Ediciones IPS tiene el mérito de volver a poner en circulación las ideas de uno de los pensadores más lúcidos que tuvo nuestro país, y que aún en el presente nos sigue aportante elementos fundamentales para reflexionar sobre las coordenadas historiográficas y los debates políticos actuales.