David Harvey, The Anti-Capitalist Chronicles, Londres, Pluto Press, 2020, 220 pgs.

David Harvey se ha labrado a lo largo de varias décadas un reconocido puesto en el campo de la teoría social marxista, añadiendo además a su extenso currículum académico importantes obras en el ámbito de la geografía o la antropología. Sus textos han supuesto notables contribuciones para la construcción de una crítica materialista de las políticas neoliberales que han marcado la actualidad social de los últimos treinta o cuarenta años.

El último libro de Harvey, The Anti-Capitalist Chronicles, sigue el recorrido trazado en algunos de sus textos anteriores para reactualizarlos y extraer de ellos una radiografía incisiva de la economía política actual. En ello, el libro constituye una vía de acceso a algunos de los aspectos más destacados de la producción intelectual de Harvey. Los lectores ya familiarizados con su trabajo podrán apreciar cómo revive conceptos e ideas de varios períodos de su carrera, utilizándolos para tejer comentarios profundos y novedosos sobre asuntos actuales, desde la financiarización del poder pasando por el desarrollo urbano hasta las contiendas geopolíticas y militares. Los recién llegados al trabajo de Harvey seguramente encontrarán en este texto un fuerte incentivo para comenzar el largo y fructífero viaje a través de su prodigiosa obra.

En The Anti-Capitalist Chronicles Harvey ha planteado un breve pero impetuoso manifiesto para la acción socialista. Apoyándose en numerosos ejemplos para ilustrar sus afirmaciones, Harvey emplea su análisis de la sociedad capitalista para hacer recomendaciones sobre cómo podríamos transformar radicalmente nuestra realidad a través de la acción colectiva. A pesar de su carácter fragmentario y a veces un tanto errante –el libro está compuesto por 19 capítulos de temática diversa que rara vez sobrepasan las veinte páginas–, hay una pregunta clave que recorre de manera incesante las distintas secciones del libro: ¿en torno a qué crisis existenciales del capitalismo global podría articularse un movimiento anticapitalista? Harvey ofrece dos grandes frentes en torno a los cuales un potencial de movilización global puede efectuarse: los sistémicos problemas de desigualdad social a lo largo del Norte y del Sur global, por un lado, y la presente y futura amenaza del cambio climático, por otro. Ambos consecuencia de un modo de producción injusto y depredador.

Consecuentemente, los capítulos que componen el libro pueden adscribirse de forma general a tres grandes áreas temáticas teóricas, históricas y contemporáneas: el funcionamiento y las fallas inherentes del capitalismo global, las contradicciones de las políticas neoliberales y, por último, los desafíos y las potencialidades radicales involucrados en la creación de alternativas socialistas. Cada capítulo tiende a enfatizar un tema sobre el resto, si bien estos tres temas a menudo se entrelazan.

Al primer grupo pertenecen las reflexiones de Harvey en torno al papel cada vez más dominante de China en el capitalismo globalizado, los peligros sociales y ecológicos que acarrean la expansión cuantitativa y el ansia de crecimiento económico o las formas previas y actuales de acumulación capitalista. De especial interés en vista de los intereses generales del libro son los capítulos 9 y 14, titulados “The Growth Syndrome” y “Carbon Dioxide Emissions and Climate Change”, respectivamente. Tomando como ejemplo a China, Harvey vincula ambos capítulos al trazar una línea de continuidad entre las ansias capitalistas relativas a las tasas de crecimiento anuales y las consecuencias climáticas que se derivan de tales aspiraciones económicas. Por una parte, explica Harvey, la aceleración constante de la producción ha ido acompañada de un énfasis en la automatización y en el uso de inteligencia artificial, lo que ha empeorado las condiciones laborales de muchos trabajadores. El reemplazo de la producción de artículos de baja tecnología (la manufactura Shanzai) por la alta tecnología ha supuesto la desaparición de empleos previos con bajos salarios, ahora automatizados. Por otra parte, la tremenda expansión urbana de este país ha aumentado drásticamente las emisiones de dióxido de carbono, una amenaza que requiere de soluciones inminentes y globales, unidas a movimientos efectivos de resistencia climática, que aboguen por la reforestación del Amazonas, de Borneo o de Sumatra o por la implementación en la agricultura de métodos de absorción del carbono.

En el segundo grupo temático se incluyen los capítulos que describen las características y problemáticas del neoliberalismo, la financiarización del poder que le es característica o la erosión de las posibilidades electivas del consumidor. De carácter más teórico, estos capítulos subrayan, entre otras cosas, las implicaciones reales de las leyes de movimiento del capital industrial y postindustrial. En el capítulo 13, por ejemplo, Harvey hace uso de la teoría marxista del valor para delinear las repercusiones que el crecimiento exponencial de la economía de servicios y de las nuevas formas de consumo han supuesto para la composición y la morfología de las clases trabajadoras en numerosos países desindustrializados. Vinculado a ello, en el capítulo 15, “Rate versus Mass of Surplus Value”, Harvey analiza cómo el abandono de los acuerdos de Bretton-Woods ha provocado a la larga una causalidad circular y acumulativa según la cual se produce un trasvase constante de valor de las economías capitalistas menos desarrolladas a las economías imperialistas más ricas. Ambos capítulos sirven a Harvey para exponer, de cara a la tesis general del libro, cómo el proyecto neoliberal sigue en funcionamiento pero, crucialmente, ha perdido su legitimidad a raíz de sus nefastas repercusiones sociales. Es en torno a ellas que un movimiento de protesta organizado y colectivo puede surgir.

El tercer grupo temático, en el que Harvey sintetiza el propósito socialista de su libro, se centra en los desafíos presentes a los que se enfrentan los proyectos anticapitalistas. Harvey traza en estos capítulos posibles rutas a lo largo de las cuales podrían producirse transformaciones importantes del sistema capitalista, incluyendo en ellas acciones llevadas a cabo por trabajadores de contextos geográficos y nacionales diversos. Harvey argumenta aquí que una política socialista constituye una vía necesaria para la protección y el desarrollo de las libertades individuales y colectivas, algo que ilustra partiendo de la crisis sanitaria más reciente. En los últimos dos capítulos de The Anti-Capitalist Chronicles, Harvey asegura que si bien la pandemia de covid-19 ha afectado en especial a los sectores proletarios alrededor del mundo, ha originado también importantes dudas y críticas en torno a las desigualdades y la viabilidad ecológica del capitalismo. Ello, sostiene Harvey, puede funcionar como base para la articulación de un nuevo e inclusivo movimiento anticapitalista.

The Anti-Capitalist Chronicles es un libro menos elaborado que otras de las producciones académicas de Harvey, puesto que en él se recogen muchas de las ideas ya previamente discutidas por el autor en otras publicaciones y no contiene, por ello, grandes avances teóricos. En cambio, la síntesis realizada en el libro, así como la multitud de frentes temáticos que ofrecen una introducción breve pero valiosa a cuestiones de la mayor importancia para el presente y el futuro del capitalismo global, lo convierten en una pieza de clara orientación didáctica, como atestiguan las preguntas al lector y las recomendaciones bibliográficas que Harvey ofrece al final de la obra. En suma, The Anti-Capitalist Chronicles es una adición bienvenida a la biblioteca de cualquiera que busque comprender de manera amena y accesible las posibilidades y matices teóricos de la política anticapitalista contemporánea.