Carlos Miguel Herrera, En vísperas del diluvio: el gremialismo socialista ante la irrupción del peronismo, Buenos Aires, Grupo Editor Universitario-EUDEM, 2019, 146 pp.
* * *
Las preguntas sobre los orígenes del peronismo siempre trajeron a cuestas un sinnúmero de definiciones y debates en torno a los cambios que presentó la escena nacional tras su aparición. Como fenómeno multidimensional, su abordaje se ha convertido, con el correr de los años, en tierra fértil para el desarrollo de nuevas investigaciones que intentan desentrañar las particularidades de este movimiento político y social.
Conforme a este campo, En vísperas del diluvio retoma la experiencia del gremialismo socialista, el Partido Socialista (PS) y sus históricos dirigentes, en los albores del peronismo. Y al hacerlo, pone sobre la mesa las tensiones que fue experimentando el movimiento obrero ante la aparición de una figura como la de Perón que obligó a revisar estrategias, acciones e identidades. Diversos estudios, desde los clásicos de Torre, Di Tella o Del Campo hasta trabajos más recientes, han dejado latentes preguntas referidas a la importancia del socialismo dentro del sindicalismo y el gremialismo en el marco de la irrupción del fenómeno peronista. Esos puntos suspensivos y las incógnitas que quedaron irresueltas en esos trabajos precursores comienzan a ser saldados por Herrera.
Volviendo sobre líneas ya trabajadas en sus publicaciones anteriores, como ¿Adiós al proletariado? El Partido Socialista bajo el peronismo (2016), Herrera nos invita a pensar el derrotero del socialismo frente a la estatalidad propuesta por las gestiones impulsadas desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, así como también las reacciones producidas en sus principales dirigentes y cómo éstas impactaron en los debates que ya venían teniendo presencia desde la década anterior. Las discusiones en torno a la prescindencia o la politización de los cuadros gremiales fueron sumando un capítulo definitivo ante la emergencia del peronismo, asociados a la creciente presencia del movimiento obrero nacional y las formas que fue adquiriendo su vinculación con el Estado. Consecuentemente, estos procesos y cambios de posición fueron marcando también la agenda del PS.
Las transformaciones que sobrevinieron dentro del movimiento gremial socialista en este período, que, como bien lo expone el autor, desencadenaron una sucesión de crisis que impactaron en la conformación y presencia del socialismo en la CGT y la pérdida del control de varios sindicatos, conllevaron a su vez una reelaboración de su estrategia sindical y política. La posibilidad que nos ofrece este trabajo, de bucear sobre otras experiencias obreras signadas por otros marcos de significación, nos adentra en abordajes alternativos del vínculo entre el sindicalismo, sus principales líderes y el naciente peronismo. Asimismo, vale destacar que el libro tampoco escapa a las complejidades y las discusiones internas dentro del socialismo frente al fenómeno peronista. Las diferencias provocadas por las adhesiones y resistencias al peronismo también son un condimento importante para analizar lo acontecido con el PS y el gremialismo asociado a él.
Herrera estructura su trabajo en seis capítulos, que nos proponen un recorrido que puntualiza las evoluciones del gremialismo socialista y nos permiten observar las proyecciones de los principales dirigentes, los cambios experimentados dentro del socialismo, ya sea en su dinámica interna como externa, y su relación con el movimiento obrero y el gobierno. No obstante, esta periodización se conjuga con elementos sincrónicos a partir de hechos significativos. Estos intervalos de tipo episódicos o sucesos “críticos”, como la división de la CGT en 1943, el acto del 12 de julio de 1945 de la denominada Comisión de Unidad Sindical “en defensa de las mejoras obtenidas por los trabajadores por intermedio de la Secretaría de Trabajo y Previsión”, o las resistencias y reconfiguraciones tras el 17 de octubre de 1945, fueron definiendo internamente perfiles, acciones y estrategias dentro del socialismo y sus principales referentes.
Avanzando en un punteo más detallado, el primer capítulo nos adentra en la relación entre el PS y el activismo sindicalista en los años que anteceden a la llegada de Perón al poder. Esos momentos previos ya mostraban los entredichos de la posición socialista y las dificultades de la prescindencia para la consolidación de un proyecto político propio. Sumado a una presencia cada vez más activa de los comunistas en el plano gremial, las tensiones con la dirigencia sindical no tardarían en aparecer en el seno del PS.
Los siguientes dos capítulos recorren esas tensiones que se hicieron más evidentes ante la consolidación de la nueva conducción de la CGT, donde dos líneas representadas por dirigentes del socialismo forzaron la división de la central obrera en 1943. Este enfrentamiento, entre la postura representada por el ferroviario Domenech y la del histórico dirigente socialista Pérez Leirós, dejaba entrever, tal como lo expone Herrera, las diversas formas de inserción y tipo de vínculo que tenía cada uno con el socialismo partidario. Esta división en torno a las formas que adquiere la politización expresaba también una cuestión de fondo alrededor del cuestionamiento o reemplazo del PS como representante político de los trabajadores. Asimismo, a esas tensiones internas se sumaban las diversas posturas adoptadas ante las nuevas autoridades nacionales tras el derrocamiento de Castillo. El diálogo con el gobierno entrante, y más específicamente con la Secretaría de Trabajo y Previsión conducida por Perón, trajo consigo nuevas reconfiguraciones dentro de las filas del socialismo. Precisamente, el cuarto capítulo nos encuadra en las posiciones tomadas por el gremialismo socialista en términos de colaboración, oposición o neutralidad.
Ingresando ya en las páginas finales del libro, encontramos las estrategias de resistencia presentadas por el socialismo en relación al avance de la influencia de Perón en el campo gremial. Lo interesante del planteo de Herrera es que no se detiene solamente en las intervenciones llevadas en el plano local, sino que recupera las acciones a nivel internacional donde los dirigentes socialistas contaban con redes de integración y colaboración. La reunión de la Federación Sindical Mundial, el Congreso de la Confederación de Trabajadores de América Latina (CTAL) o la XXVII Conferencia de la Oficina Internacional del Trabajo de octubre de 1945, donde fueran rechazadas las credenciales de los delegados de la CGT a instancias de las gestiones de personalidades del socialismo como Pérez Leirós, son una muestra de eso.
Por último, Herrera nos muestra lo sucedido tras el 17 de octubre de 1945 y el horizonte inmediato del socialismo de sumar voluntades a la propuesta de la Unión Democrática para vencer a Perón en las urnas. Pese a la derrota en los comicios de febrero de 1946, en este último capítulo el autor analiza la estrategia del socialismo para consolidar un frente gremial con el fin de mantener su gravitación en el ámbito obrero y sindical. La creación del Comité Obrero de Acción Sindical Independiente (COASI), compuesto por los gremios que habían conservado una conducción socialista, junto a las otras acciones de interpelación al movimiento obrero, ponía punto final a la prescindencia y exponía un cambio fundamental en la doctrina oficial del PS, aunque la maduración de ese viraje llegaba tal vez demasiado tarde.
El exhaustivo trabajo de Herrera nos deja entrever las transformaciones que fue transitando el socialismo durante el período y los pormenores que fueron sellando su propia suerte. El “diluvio”, como lo expresa el propio autor, había arrancado de raíz muchos de los pilares sobre los que se había construido el gremialismo socialista. El progresivo abandono de la prescindencia y el camino hacia la politización también fue encerrando al socialismo en un dilema. Sin lograr encontrar una traducción específica de esa politización a nivel partidario, se fue despejando la vía para que el intervencionismo estatal ocupara todo el lugar de lo político. Paralelamente, ante las diferencias presentadas con la dirección política del PS, el acercamiento con el gobierno y la Secretaría de Trabajo y Previsión fue visto por algunos dirigentes gremiales como un canal alternativo para fortalecer posiciones políticas por fuera de la conducción tradicional partidaria.
La obra de Herrera, al recuperar esas otras formas de construcción política sindical, nos permite advertir las maneras en las que han logrado pervivir esas líneas disidentes durante este período y poner en tensión esas lecturas monolíticas respecto al movimiento obrero con relación al peronismo. Tal como sucede con cada ejemplar de la colección “La Argentina Peronista”, dirigida por Gustavo Contreras, este libro constituye un nuevo convite a debatir, no sólo a quienes pertenecen al ámbito académico, sino a todos aquellos que pretenden desentrañar los pormenores de nuestro pasado reciente.