Magalí Andrea Devés, Guillermo Facio Hebequer. Entre el campo artístico y la cultura de izquierdas, Buenos Aires, Prometeo Libros, 2020, 302 pp.
Doctora en Historia por la Universidad de Buenos Aires y magíster en Historia del Arte Argentino y Latinoamericano por la Universidad Nacional de San Martín, Magalí Devés se especializa en el estudio sistemático de cuestiones relacionales entre política y cultura a partir de las trayectorias y los compromisos asumidos por artistas e intelectuales de la Argentina durante el período de entreguerras. Producto de la reelaboración del trabajo de largo aliento realizado en el marco de su tesis doctoral, Guillermo Facio Hebequer. Entre el campo artístico y la cultura de izquierdas constituye la puesta en práctica más acabada a la fecha de un enfoque metodológico que resulta disruptivo con la historiografía predominante referida a problemas de historia cultural e historia intelectual. Atraviesa el libro de Devés un diálogo permanente entre arte y política, y al hacerlo busca extraer conclusiones profundas de alcance social. Se trata de una propuesta teórico-metodológica que trasciende los confines de la biografía. En efecto, la obra aquí reseñada no se reduce a una reconstrucción crítica de la relación del artista con las diversas posturas de izquierda que proliferaron en el país en el lapso mediado entre la Revolución rusa y su temprana muerte, ocurrida en 1935 durante los albores de la conformación de una cultura antifascista autóctona. Antes bien, el itinerario de Facio Hebequer es un disparador que permite volver a analizar y complejizar la historia de la cultura de las izquierdas argentinas en el período abordado.
La exposición de los argumentos está organizada en cinco capítulos de afable lectura, accesible para el público general no necesariamente especializado. El libro se acompaña de un prólogo a cargo de Andrés Bisso, uno de los mayores conocedores de la historia del antifascismo en la Argentina, en donde se establece una interesante relación comparativa en torno de la cuestión del “arte proletario” entre Facio Hebequer y el dibujante satírico germano George Grosz. Aspectos específicos del carácter dinámico y poliédrico que definió la figura de Facio Hebequer son abordados de manera puntual en cada uno de los capítulos. Su vida profesional estuvo signada por una búsqueda permanente: devenir artista comprometido para contribuir al desarrollo de las condiciones que hicieran posible la revolución social en Argentina. Esta situación lo llevó a intervenir en el campo artístico y cultural, por entonces intensamente animado por diversas expresiones de izquierda, encontrándolo en un rol de “compañero de ruta” a causa de la constante inquietud que le impidió sumarse de manera orgánica a una organización determinada. Este activismo no solo fue expuesto en su obra gráfica, sino también en su obra escrita, la cual es también debidamente abordada por la autora. La muerte encontró a Facio imbuido de un fuerte compromiso antifascista y los diversos agrupamientos en los que tomó parte intentaron agenciarse un parentesco político con él, librando una lucha por erigirlo en arquetipo de “artista militante”. Esta operación, que se profundizó tras la implementación de la política cominterniana de los Frentes Populares y el surgimiento de la AIAPE, alcanzó su paroxismo durante la Guerra Civil Española. A este respecto, resulta notable la inclusión de Devés de un estudio crítico acerca de la forma en que cada uno de los nucleamientos con los que colaboró Facio Hebequer resignificó la apropiación de su obra. El señalamiento de los diversos puntos de la trayectoria de Facio Hebequer que los colectivos militantes decidieron destacar para su aprobación o su cuestionamiento, redunda en una comprensión aún más cabal de las fricciones y los entendimientos gestionados “dentro” y “entre” cada una de las fuerzas que compusieron el heterogéneo arco político de izquierdas.
Uno de los momentos de mayor acercamiento de Facio Hebequer a una organización política se suscitó cuando en 1932 realizó un viaje a la Unión Soviética para exponer sus obras en Moscú y en Leningrado. La experiencia lo llevó a entablar vínculos con el Partido Comunista de la Argentina en los momentos del ultraizquierdismo expresado en la táctica de “lucha de clase contra clase”. Fue durante esta breve colaboración cuando dio forma a la célebre serie de doce grabados que componen Tu historia, compañero, obra con la que selló su interés por llenar de sentido político su producción artística. Definido por Devés como “polemista”, Facio fue impiadoso a la hora de combatir las manifestaciones artísticas que promovían una renovación modernista en la escena artística nacional a partir de la asimilación del vanguardismo europeo, pues en ellas no vio más que una expresión del “arte por el arte”, un tipo de arte purista concentrado en la técnica y desatento a toda perspectiva sociológica. Negar la dimensión social del arte implicaba pasar por alto el conflicto de clases. Eran tiempos de la Proletkult en la Rusia soviética y sus efectos se hacían sentir en la búsqueda por conformar un “arte proletario” en la Argentina. Fundamentado no en el origen social del artista sino en la finalidad de su obra, el “arte proletario” se erigía en oposición al “arte burgués” para dar lugar a otro terreno más en donde librar la lucha contra la ideología de la clase dominante. No obstante, Devés demuestra que Facio no dejó de ocupar un lugar de privilegio dentro de los canales oficiales de circulación artística, lo que explica, por caso, el hecho de que al momento de su muerte pudiera ser homenajeado dentro del Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires. La complejidad contenida en la figura de Facio se extendía así a todos los espacios de creación y difusión culturales en que intervino.
El análisis de los entrecruzamientos entre política y arte entablados por Facio Hebequer, que le impidieron adherir a un único proyecto político-cultural, habilita la disección de la multiplicidad de posiciones y polémicas que emergieron con fuerza en el campo artístico argentino del período de entreguerras. Es por ello que, si bien protagonista de la investigación, el escenario en que se desenvuelve Facio Hebequer está poblado por colaboradores y antagonistas: Elías Castelnuovo, Abraham Vigo, Roberto Arlt, Rodolfo Ghioldi, Álvaro Yunque, Leónidas Barletta, Raúl González Tuñón, Adolfo Bellocq, Rodolfo Kubik, José Arato, Agustín Riganelli, entre tantos otros miembros destacados del campo del arte y la cultura. De tal modo, el libro de Devés no pretende arribar a conclusiones limitadas a la persona del artista comprometido por antonomasia que fue Facio Hebequer, sino que contribuye a imprimir una nueva profundidad a la compleja cuestión de la relación entre arte y política entendida en su dimensión social.
El enorme corpus heurístico consultado por la autora en una gran cantidad de archivos y bibliotecas, asiste a dar sustento a cada una de las afirmaciones plasmadas a lo largo de la investigación. Se trata, en definitiva, de un esfuerzo categórico cuya mayor virtud es la de servirse con gran inteligencia de elementos propios de la historia cultural, de la historia intelectual y de la historia política, para acabar dando cuerpo a la reconstrucción crítica de los intensos debates que marcaron el rumbo de una generación de artistas e intelectuales de izquierdas. Pero además de inteligente se trata de un libro valiente, pues asume el riesgo implicado en la adopción de un enfoque teórico-metodológico que desafía los términos en que se basa la historiografía del arte a la cual estuvo hasta ahora reservado el estudio de la figura de Guillermo Facio Hebequer. Y al adoptar esta postura va más allá todavía, al desnudar el reduccionismo al que conduce la fragmentación del conocimiento implícita en la hiperespecialización de la práctica histórica.