La Colección Archivos. Estudios de historia del movimiento obrero y la izquierda se propone la difusión de los avances que el campo temático está experimentando, en un multifacético análisis social, político, intelectual y cultural. Reúne textos surgidos de investigaciones de largo aliento, destacadas por la originalidad y la relevancia del problema que abordan, así como por la rigurosidad y el amplio relevamiento empírico con los que encaran esta tarea. La aspiración de la serie es aportar a un mayor conocimiento de los vínculos existentes entre el movimiento obrero y la izquierda a lo largo de la historia, apostando al notable enriquecimiento del enfoque teórico, metodológico e historiográfico que se consigue al colocar el examen relacional y el doble objeto de estudio como marco de referencia.
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Marcel van der Linden, Trabajadores y trabajadoras del mundo. Ensayos para una historia global del trabajo
¿Cuáles son las características de la clase obrera a nivel mundial? ¿Cómo pueden delimitarse los contornos de esa clase? ¿Qué factores fueron determinantes en su conformación? ¿Qué formas de acción colectiva desarrollaron trabajadores y trabajadoras a lo largo del tiempo y cuál fue la lógica de su desenvolvimiento? ¿De qué forma las contribuciones de la antropología, la sociología y otras ciencias sociales pueden ser útiles para el desarrollo de una historia global del trabajo?
Se trata de algunas de las preguntas que aborda esta obra ambiciosa, que propone un conjunto de reflexiones para construir una historia global del trabajo liberada de eurocentrismo y nacionalismo metodológico.
El libro se apoya en una vasta bibliografía, proveniente de diversas regiones, épocas y disciplinas, con el objetivo de ofrecer argumentos y herramientas conceptuales que integren la historia del trabajo asalariado a la historia de la esclavitud, del trabajo forzado y del trabajo doméstico y presten atención a los desarrollos divergentes pero interconectados que se produjeron a escala global.
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Hernán Díaz (coord.), Espionaje y revolución en el Río de la Plata. Los archivos secretos de una red diplomática de persecución al maximalismo (1918-1919)
Desde que el movimiento obrero empezó a organizarse, el poder recurrió de manera sistemática al espionaje, la delación y la infiltración, utilizando agentes e informantes para conocer y prevenir los levantamientos sociales.
Poco se sabe de estas actividades de inteligencia. En este libro, el décimo de la Colección Archivos, ofrecemos una investigación sobre la red de espionaje creada en Buenos Aires por las embajadas de Francia, Inglaterra, Estados Unidos e Italia, al finalizar la Primera Guerra Mundial en 1918, con el fin de tener un conocimiento preciso de lo que en la época se llamaba “maximalismo”: anarquistas, revolucionarios, bolcheviques, todos favorables a la revolución rusa.
La red abarcó tanto Buenos Aires como Montevideo, dos ciudades donde el movimiento obrero había demostrado una gran combatividad y cuyos dirigentes circulaban con facilidad entre una y otra capital.
Incluimos también un anexo con una selección de los documentos elaborados por la red de espías, entre los que sobresale un listado de los 400 maximalistas más peligrosos de ambas márgenes del Río de la Plata.
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Alejandro Belkin, Sindicalismo revolucionario y movimiento obrero en la Argentina. De la gestación en el Partido Socialista a la conquista de la FORA (1900-1915)
Alejandro Belkin nos ofrece en este libro un detallado análisis sobre el proceso de emergencia del “sindicalismo revolucionario” y de su conquista de la hegemonía dentro del movimiento obrero, retratando su labor militante y los principales debates que le singularizaron dentro de las organizaciones obreras de principio del siglo XX.
Este esfuerzo de comprensión es esencial para deshilvanar la formación ideológica del movimiento obrero argentino, comprensión que en el caso del sindicalismo revolucionario la historiografía desfigura o desconoce, a pesar de haber sido una de sus principales corrientes ideológicas.
El trabajo aporta luz sobre las distintas fases del desarrollo de la «nueva corriente» desde sus orígenes dentro del Partido Socialista y su posterior ruptura, su papel en la reorganización de las centrales obreras, en los principales conflictos laborales y, en particular, revaloriza su incidencia en la huelga de la Semana Roja de 1909 y en los acontecimientos del Centenario que marcan un punto de inflexión en la historia del movimiento obrero de principios de siglo.
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Agustín Nieto, Entre anarquistas y peronistas. Historias obreras a ras del suelo
El género concreto de Entre anarquistas y peronistas lo sitúa en el seno de la nueva investigación sobre la historiografía de la clase obrera en la Argentina. En el estado de cosas de la especialidad, el objeto no determina sus metas. Los actores de las historias que Nieto se apresta a contarnos son las trabajadoras y los trabajadores del pescado en Mar del Plata en los decenios centrales del siglo XX. Las preguntas que lo animan provienen de una nueva historia social en construcción. La tarea de esa historiografía renovada no es sencilla. Es incapaz de alcanzar sus propósitos con la laudable faena documentalista de exhumar entre los maltratados archivos argentinos unas experiencias de otro modo sepultadas por la resistible omnipotencia de los dominadores. Walter Benjamin despuntó una de sus consecuencias al pregonar que toda historiografía «materialista» requiere un «armazón teórico».
Agustín Nieto es un historiador de izquierda por otra cosa que sus ideas estrictamente políticas. Este libro es de izquierda porque palpita en cada línea una protesta erudita contra lo que sucedió en el pasado: entre otras cosas aborrecibles, la prepotencia de los patrones, la arrogancia de los capataces, el acoso sexual de los violentos, el hecho mismo de la opresión de clase. Y contra la «enorme condescendencia de la posteridad» que hace de oprimidas y oprimidos a lo sumo una nota al pie en la narrativa historiográfica. Lo es también porque se esfuerza por rescatar del olvido la humanidad beligerante de las trabajadoras y los trabajadores del pescado en Mar del Plata entre 1940 y 1960.
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Martín Mangiantini, Itinerarios militantes. Del Partido Revolucionario de los Trabajadores al Partido Socialista de los Trabajadores (1965-1976)
La historiografía acerca de las izquierdas argentinas arrastra una deuda. Existe una vasta producción bibliográfica, si bien de desigual valor y capacidad explicativa, en torno al anarquismo, al socialismo, al sindicalismo revolucionario, al comunismo, a los fenómenos asociados al clasismo y la nueva izquierda sesentista y, más profusamente aún en tiempos recientes, a las organizaciones guevaristas o de la izquierda peronista vinculadas a la experiencia de la lucha armada en los setenta. Es cierto que en todo ese corpus pueden encontrarse inconsistencias, ausencias y puntos ciegos a la exploración, pero es evidente que la posibilidad de ofrecer un examen global de aquellos partidos o expresiones ideológico-políticas resulta más factible a partir de disponer ya de una importante cantidad de ensayos o aproximaciones puntuales sobre diversos aspectos de su desarrollo. No ocurre lo mismo con el trotskismo. Se cuenta ya con ciertos abordajes, de impronta militante o académica, algunos de los cuales consideraron recorridos más generales o sobre ciertos asuntos particulares de esta corriente. Pero aún se requiere de más estudios con profundidad, ceñidos a un exhaustivo relevamiento de fuentes y a un examen con perspectiva crítica, que establezcan un justo equilibrio entre la influencia real de cada grupo o partido y el contexto en el que se desenvolvió. No abundaron los trabajos que buscaron entrelazar los enfoques propios de la historia política con los de la historia social, cultural e intelectual. El libro de Martín Mangiantini es una decisiva contribución a estos desafíos planteados.
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Carlos Miguel Herrera, ¿Adiós al proletariado? El Partido Socialista bajo el peronismo (1945-1955),
Hacia principios de 1942, el Partido Socialista tenía razones para mirar su futuro con optimismo. Cercano a su medio siglo de existencia, era la fuerza política más importante de la izquierda argentina. Había ganado las últimas elecciones parlamentarias en la Capital de la República. Sus aliados dirigían los sindicatos más numerosos y desde hacía algunos años controlaban la unificada CGT. Sus hombres habían organizado la cooperativa más importante de consumidores y construcción de viviendas, El Hogar Obrero, que se hallaba en constante expansión. Tenía una aceitada y transparente organización interna y contaba con un diario de tiraje importante, La Vanguardia. Ciudadanos, trabajadores, consumidores engrosaban sus filas y eran pilares sólidos de su avance, logrando dejar atrás disensiones y rupturas.
Diez años después, hasta su imponente sede de la avenida Rivadavia estaba en ruinas, tras haber sufrido un incendio intencional en abril de 1953. Su prensa había perdido toda regularidad tras la clausura de su diario en 1947 y sufría la persecución de sus dirigentes y aliados, con cárceles, torturas, atentados y exilios. También por entonces, había perdido todo contacto con los trabajadores. Las disidencias y expulsiones se multiplicaban y lo minaban. En definitiva, el PS nunca volvería a ocupar el lugar que tenía en la sociedad una década antes.
¿Qué había ocurrido en ese lapso? Este libro ofrece una historia del PS bajo el peronismo. Un relato que fue largamente condicionado por las vicisitudes posteriores de un partido en crisis, y construida ante todo por una historia militante que perduró durante mucho tiempo. En ruptura con ese sentido común, una serie de preguntas estructuran sus diferentes capítulos. ¿Definir al peronismo como totalitarismo fue una caracterización sin matices? ¿Hubo otras estrategias partidarias? ¿Los socialistas desaparecieron realmente de los sindicatos? ¿Qué análisis –económico, social, jurídico– proponían los socialistas del nuevo proceso? ¿Existieron otras formas de resistencia más allá del enfrentamiento frontal? ¿Cuáles eran las intenciones de los proyectos alternativos y cuáles sus chances de triunfar en el debate político?
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Laura Caruso, Embarcados. Los trabajadores marítimos y la vida a bordo: sindicato, empresas y Estado en el puerto de Buenos Aires, 1889-1921
Existen muchas imágenes del puerto de Buenos Aires, uno de los espacios emblemáticos de la ciudad. Las mismas se hallan inscriptas en el imaginario social y se repiten largamente. Muestran fundamentalmente un espacio turístico, pintoresco, recomendable para quienes gusten de bodegones y de milongas. Esta concepción general de la zona portuaria se contrapone con otra imagen que ha quedado en el pasado, la de un adusto y bullicioso mundo del trabajo. Esta última puede apreciarse por ejemplo en las pinturas de Benito Quinquela Martín, las que reflejan un espacio portuario bien distinto al que hoy inunda afiches y publicidades. Allí se asoma la ardua y cotidiana labor y la explotación vinculada a las labores portuarias en décadas pasadas.
La historia que Embarcados presenta es precisamente la de los trabajadores de a bordo del puerto porteño, la de su labor cotidiana, sus organizaciones, luchas e itinerarios políticos. En ella podrá verse que el puerto en los albores del siglo xx fue conocido como un espacio marcado por el trabajo y el conflicto. En esos años, la ciudad latía al ritmo del puerto, y la sociedad crecía sobre la base del trabajo. Ambos, puerto y trabajadores, conformaron a principios de siglo un binomio vívido, social, dinámico. Las entradas y salidas de barcos y las protestas de sus trabajadores ocupaban varias columnas en las páginas principales de los periódicos de mayor circulación. Con expectativa, por muchos y diversos motivos, gobiernos, burguesía y trabajadores, la sociedad toda, estaba pendiente de aquello que acontecía en el puerto al sur de la ciudad.
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Diego Ceruso, La izquierda en la fábrica. La militancia obrera industrial en el lugar de trabajo, 1916-1943
Un persistente sentido común historiográfico, y también político, tendió a homologar los orígenes del peronismo con la formación de una clase trabajadora madura. Según esa visión, sólo a partir de 1945 se habría consolidado en la Argentina un movimiento obrero moderno y sólidamente implantado, tanto arriba como abajo, enhebrando la fortaleza de una amplia estructura gremial centralizada con la gravitante presencia de instancias sindicales de base. Acerca de esta última dimensión, los diagnósticos muchas veces convergieron en torno a la misma idea: la verdadera historia de las comisiones internas y los cuerpos de delegados no se iniciaron sino con el modelo sindical de masas asociado a la experiencia del nacional-populismo estatista. Pero, como se venía señalando en algunos estudios, ¿no había acaso una larga etapa previa donde la acción de los trabajadores en talleres y fábricas ya había despuntado bajo el repertorio de diversos organismos de base, se había expresado en múltiples refriegas moleculares con los capitalistas, se había coordinado sobre los principios de la solidaridad de clase e, incluso, había hecho todo esto, en buena medida, a partir de una intervención consciente de las izquierdas? En esta lúcida y fundamentada investigación, Diego Ceruso brinda elementos contundentes para ratificar una respuesta afirmativa a estos interrogantes. Amparado en un relevamiento notable de fuentes primarias, por su cantidad, su calidad y por el modo en que el autor logró extraer de ellas indicios de una realidad frecuentemente ignorada, el libro reconstruye de manera meticulosa los caminos de la lucha y la organización del proletariado industrial en el lugar de trabajo. La originalidad y la especificidad de la obra es clara: elige para su examen la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, entre 1916 y 1943, seleccionando las ramas claves (metalúrgica, textil, gráfica, calzado, madera, carne, construcción). Sorteando todo objetivismo, demuestra que la militancia obrera se constituyó en las fábricas mediada por las corrientes políticas de izquierda: anarquistas, sindicalistas, socialistas y comunistas. Se trata de una de las contribuciones recientes más eficaces a la historia del movimiento obrero y sus vínculos con la izquierda en la Argentina de la primera mitad del siglo XX.
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Natalia Casola, El PC argentino y la dictadura militar. Militancia, estrategia política y represión estatal
Los sectores que encabezaron la corporación de historiadores durante los años noventa consideraron que los temas vinculados a la clase obrera y las organizaciones de izquierda estaban pasados de moda. Para ellos estos problemas claramente vinculados con la historia reciente del país, solo eran aceptados si los abordaban cientistas políticos y periodistas. De este modo, su perspectiva de análisis era parte de una concepción ideológica mayor: el proletariado había muerto junto con sus luchas y sus organizaciones de clase, y por lo tanto, el interés en su estudio también había fenecido. En consecuencia, estos tópicos y cuestiones fueron dejados de lado; claramente fue una opción político ideológica más que una conclusión intelectual.
En años recientes, no obstante, estas falacias y argucias pasaron al olvido. Aquellos que antes rechazaron los estudios de la historia reciente y la historia de los trabajadores, empezaron a escribir sobre ella; aunque algunas veces lo hicieron (y lo hacen) con un escaso nivel de investigación, buscando solamente tener un efecto en los grandes medios de comunicación. Sin embargo, lo más importante que se advierte es que, en este redescubrimiento de los estudios sobre la clase obrera y las corrientes de izquierda, ha emergido una nueva camada de jóvenes que indaga en estos temas con un respetable nivel de investigación. Este es el caso del presente libro de Natalia Casola.
A contrapelo de aquellas miradas que buscaron negar y ocultar el papel de las fuerzas de izquierda dentro del movimiento obrero y de la historia argentina, esta investigación viene a completar un espacio vacío a más de treinta años del golpe militar.
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Paula Varela, La disputa por la dignidad obrera. Sindicalismo de base fabril en la zona norte del Conurbano bonaerense, 2003-2014
El presente libro contribuye a alcanzar una comprensión nueva sobre la clase trabajadora argentina a partir de la caída de la convertibilidad y del arribo del kirchnerismo al gobierno. Dos atributos caracterizan el texto. Uno de ellos es el riguroso sostén empírico que no se limitó a los materiales escritos provenientes de archivos sindicales, políticos, empresariales y estatales, sino que se combinó con un fuerte trabajo de campo. El resultado fue la insistente recuperación de la voz de los obreros, militantes y vecinos del barrio, cuyos relatos le confieren autenticidad y riqueza de matices a la exposición y análisis de los hechos. El otro rasgo auspicioso es la apertura y diversidad teórica con la que el libro se nutre. Situándose en la perspectiva del marxismo, no duda en recurrir a un careo con todo concepto o discusión, provenientes de la sociología, la antropología o la historia, siempre que esto permita reflexionar sobre el objeto en cuestión. Esta plasticidad no devino en una obra ecléctica. Por el contrario, es clara la intención de erigir una mirada propia y a la vez coherente, lo que supone toda una definición sobre la producción existente acerca de la relación entre clase, política, territorio y fábrica.
Por último, La disputa por la dignidad obrera puede leerse también como una contribución a la historia de las izquierdas en la Argentina reciente, analizando la relación entre éstas y los trabajadores no de manera unívoca, es decir, sólo sobre los modos como los cuadros partidarios incidieron en la clase sino también en la manera como ésta afectó el devenir de aquellos, en la dinámica imprevista de la protesta, los desafíos de la organización, los caminos sinuosos de la conciencia o la traducción inesperada de todo ello en el terreno de la política.
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Lucas Poy, Los orígenes de la clase obrera argentina. Huelgas, sociedades de resistencia y militancia política en Buenos Aires, 1888-1896
El lector se encontrará aquí ante un análisis del proceso de conformación del mercado de fuerza de trabajo, de los modos en que éste se alimentó de población local y extranjera y de los mecanismos a través de los cuales se fue extendiendo un nuevo mundo de talleres, fábricas y trabajo a domicilio, dentro del paisaje de una ciudad en auge geográfico, económico y demográfico. En sus páginas, despunta un novedoso balance acerca de las condiciones materiales de existencia de esta nueva masa laboral, tanto en el plano ocupacional y salarial como en el habitacional. Con mayor intención aún, se ofrece una apasionante recreación de las experiencias de las huelgas por empresas y oficios, así como del itinerario de decenas de sociedades de resistencia y sindicatos entre los trabajadores panaderos, ferroviarios, del calzado, constructores de carruajes, gráficos, de la confección, del puerto, de la construcción y de varias otras ramas. Asimismo, se describe la aparición de los más relevantes periódicos proletarios de raigambre gremial y política, la fundación de los primeros intentos federativos del sindicalismo y la constitución de las dos grandes corrientes de las izquierdas obreras de la época, el anarquismo (en ese momento, aún bajo precaria hegemonía de los “anti-organizadores”) y el socialismo. Este último tópico incluye un seguimiento de la intervención de algunas de las figuras más significativas de ambas fuerzas, como Errico Malatesta, Rafael Roca, Juan Creaghe, Eduardo Gilimón, Germán Avé-Lallemant, Carlos Mauli, Esteban Giménez, Adrián Patroni y el todavía joven Juan B. Justo. En menor medida, la obra permite abrir ciertas reflexiones acerca de las formas de participación de los inmigrantes en la vida política local y sobre algunos de los rasgos y dinámica del régimen oligárquico conservador de fines del siglo XIX frente al tratamiento de la denominada “cuestión social”.